Desde muy joven comencé a entrenar y descubrí en el movimiento una pasión que me acompaña hasta hoy. Estudié el Profesorado de Educación Física porque siempre supe que quería ayudar a las personas a sentirse mejor con su cuerpo y su salud, desde un enfoque serio y bien planificado.

Me especialicé en entrenamiento de fuerza, una herramienta clave para transformar no solo el cuerpo, sino también la autoestima —especialmente en mujeres. Lo elijo porque sé, por experiencia y formación, que es el camino más efectivo y sostenible para mejorar la salud y la calidad de vida.